La niña escarlata (#OrigiReto2018 Agosto II)
Recordad que podéis animaros a participar cuando queráis (de hecho, se podría decir que yo he empezado tarde...). Para ver las bases podéis entrar en los blogs Solo un capítulo más o La pluma azul de Katty
Y por favor, ¡comentad! :)
_________________________________________________________________________________LA NIÑA ESCARLATA
Entró en aquella sala fría que olía a
cerrado y café rancio. Estaba agotada, el día había sido largo y raro. Uno de
esos días que parece que no va a terminar nunca, uno de esos en los que sientes
que tenías que haberte quedado en casa. Pero su madre, como cada semana, le
había obligado a ir.
- Espere aquí, enseguida llegará el inspector
Sánchez.
Por la forma en que se lo dijo, supo que
aquel era el primer día de trabajo de aquel joven policía y empezó a imaginar
cómo sería su vida. Seguramente la noche anterior aquel chico de rasgos
delicados y mirada sincera no había sido capaz de dormir por la ilusión de llegar
a la comisaría, ponerse el uniforme, coger su arma y salir a la calle a detener
peligrosos delincuentes. Seguramente, a aquellas horas aquel potencial salvador
del mundo había perdido parte de esa emoción al darse cuenta de que sus jornadas,
durante los próximos meses, consistirían en acompañar a la gente a la sala de
interrogatorios y preparar café a los altos mandos.
Precisamente,
eso fue lo primero que pidió el inspector Sánchez cuando entró en la sala.
- Eh, ya puedes irte chaval. Pero antes, tráeme un
café. Solo, tres cucharadas de azúcar y que esté caliente; no esa mierda fría
que os gusta beber ahora a los jovenzuelos.
El inspector Sánchez era de la vieja
escuela, de esos que nunca llegaron a pensar que podrían salvar el mundo. Él
quiso entrar al cuerpo para poder sacar toda la furia y la rabia que llevaba
escondida dentro de forma un poco más legal.
- Bien muchacha. Comencemos. Sabes dónde se esconde,
¿verdad? – No se iba a andar con tonterías. Sánchez era directo, él no se
andaba con rodeos.
- No sé de qué me está hablando -. Contestó, en
parte sincera, en parte no tanto.
- Mira muchacha, voy a hablarte muy claramente. No
sé quién demonios eres; pero el maldito teléfono ha hecho que tenga que
levantarme de la cama a las tres de la mañana y venir aquí con el frío de
pelotas que hace ahí fuera. Sé que sabes perfectamente dónde cojones está, así
que ya estás abriendo la boquita y contándomelo todo si no quieres que la
estancia en esta sala se convierta en un infierno para ti. ¿Lo has entendido?
Lástima que justo en ese momento entrara López (el policía
novato) con aquella taza de café en la que ponía “Hoy es un buen día para hacer
tus sueños realidad”.
- Vaya comisario, parece que le gustan esos
mensajitos positivos. Déjeme decirle un par de cosas. En primer lugar, le he
entendido perfectamente, y agradecería que de ahora en adelante me hablara con
un tono un poco más relajado. Llevo un día bastante malo, y notar sus gotas de
saliva en mi cara no va a lograr que mejore. Y segundo, no se crea esas
mentiras, nunca es un buen día para hacer tus sueños realidad.
Sánchez se quedó mirando a aquella muchacha fijamente. Sí, se
podría decir que habría esperado escuchar cualquier cosa menos lo que acababa
de oír.
- Así que no eres tan inocente como pareces. Me
habían comentado que habían encontrado en la escena del crimen a una cría
asustada. ¿Quién eres realmente?
- ¿Acaso importa eso señor comisario?
- ¿Dónde está? Lo sabes, ¿verdad? ¿Le has ayudado
a escapar?
- Ya le he dicho que no sé de qué me está
hablando.
- ¿Cuántos años tienes, jovencita?
- ¿De verdad? ¿Esas son las preguntas que se va a
limitar a hacerme? Cuando me hablaron de usted pensé que sería mucho más
inteligente. La verdad Sánchez, es que me está decepcionando bastante.
- ¿Quién eres? -. La taza de café temblaba en la
mano del comisario, quizá de rabia, quizá de impotencia, tal vez de
incredulidad.
- Comisario, bébase el café que se le va a quedar
frío, y empiece a hacer preguntas coherentes. Soy quien ya le han dicho; una
pobre, asustada e inocente muchacha que se ha visto envuelta en una
desagradable situación, y que no tiene nada que ver con ella.
Sánchez tiró cabreado la taza contra la pared, provocando un
estruendo que hizo que López abriera la puerta preguntando si todo iba bien.
Aquella chica ya estaba cabreándole más de lo habitual.
- ¡López, cierra la maldita puerta! ¿A qué crees
que estoy jugando niña? Te han encontrado en la habitación de tu abuela, con el
suelo y las paredes llenas de sangre. Un testigo ha declarado que vio entrar al
lobo e instantes después, a ti. De él y de tu abuela no hay rastro, y tú
estabas ahí dentro rodeada de sangre. ¿Crees que voy a dejar que entres aquí y
me vaciles?
- Está bien. Creo que hemos empezado con mal pie.
Comencemos de nuevo señor inspector. Prometo que contestaré todas y cada una de
sus preguntas. No hay nadie más interesado que yo en que mi querida abuelita
aparezca.
A Sánchez le hervía la sangre. En aquel momento le hubiera
gustado empujar a un lado aquella pesada mesa que le separaba de la muchacha,
cogerla del cuello y demostrarle quién era el que mandaba en esa sala. Pero
estaba advertido, una sola agresión más a algún detenido o testigo, y sería
expulsado del cuerpo.
- ¿Cuándo viste a tu abuela por última vez?
- La semana pasada. Fui a llevarle la compra, como
siempre.
- ¿Viste algo fuera de lo normal?
- No Sánchez, no vi nada fuera de lo normal.
- ¿Conoces a ese lobo que fue a ver a tu abuela?
- Venga ya. Me está tomando el pelo ¿no? ¿En serio
me está diciendo que si vi a un lobo en
casa de mi abuela?
- Muchacha, ¿qué pasó en esa habitación?
Justo en ese momento la puerta se abrió de golpe.
- Buenas noches comisario. Emilio Narváez, abogado
de la familia. Vengo a por la niña. Sabe que lo que está haciendo es ilegal,
espero que no me ponga ningún impedimento.
Sánchez no se resistió, sabía que aquel maldito abogado tenía
toda la razón. No entendía absolutamente nada de lo que estaba ocurriendo allí,
pero se juró a sí mismo que lo averiguaría. Vaya que si lo averiguaría…
Este relato intenta responder al reto número 18, "hazle un interrogatorio de 10 preguntas al personaje que quieras"
Este relato está sujeto a una licencia Creative Commons Attribution- NonCommercial-NoDerivates 4.0
Muy chulo el interrogatorio! Lo único que te diría es que parece el preámbulo de un relato más largo, porque te quedas con ganas de conocer todos los detalles de la historia. Y otra cosilla es que dejaras el foco en un personaje y a través de él dibujes al resto. Lo demás está muy bien, las respuestas de la niña son geniales.
ResponderEliminarSigue así!
Buenas tardes, Jess.
ResponderEliminarDebo decir que me ha gustado bastante la idea del relato, me encantan los "retellings" de este estilo. Eso sí: ¡me he quedado con toda la intriga al final! XD
Y, bueno, quería comentarte también algunos apuntes acerca del estilo y la gramática, porque creo que tienes mucho potencial.
En primer lugar, los diálogos no están bien puntuados. Se debe utilizar la raya (—) y no el guion (-) para introducirlos. Tampoco se colocan espacios tras ellos y, bueno, creo que lo entenderás mejor si te paso un artículo donde lo expliquen. Me da miedo que blogspot entienda mi comentario como spam si te lo enlazo, así que si quieres, pídemelo por Twitter o busca en Google: diálogos literup.
En segundo lugar, ten cuidado con la persona de la que estás hablando. Al principio del relato dices:
"Pero su madre, como cada semana, le había obligado a ir.
- Espere aquí, enseguida llegará el inspector Sánchez."
He tenido que releer varias veces para entender que no era la madre la que estaba hablando, ya que al principio parecía que sí, porque estabas hablando de ella y el diálogo no tiene acotación.
Bueno, espero no haber sido muy pesada con este comentario kilométrico. Te deseo lo mejor y que sigas escribiendo relatos así de chulos y aprendiendo.
Un saludo.
Bueno, ya estoy por aquí.
ResponderEliminarLo cierto es que al inicio la protagonista me ha descolocado porque no veo cómo puede saber que es su primer día sólo con esa frase, vaya capacidad de intuición. Entonces he pensado que tal vez tuviese algún tipo de magia, pero al final resultó que no.
Hay una frase que me ha gustado mucho: "El inspector Sánchez era de la vieja escuela, de esos que nunca llegaron a pensar que podrían salvar el mundo." Aunque la que le sigue ya no tanto. Nunca me ha gustado pensar que en la policía haya gente que no esté ahí con vocación de ayudar sino más para desquitarse :/
Sobre la escritura he visto un par de detalles, sobre todo el tema de los diálogos que comenta Evans por aquí arriba. Lo más importante es que se usa la raya o guión largo (—), y no el menos (-), y que siempre van pegados a una palabra (a la primera palabra de la intervención oral al empezar, a las palabras de la acotación si son guiones para acotar).
También me ha resultado un poco confuso de leer el diálogo porque a veces no sabía quién hablaba.
Por último, un detalle cuando dices "mira, muchacha" o "Bien, muchacha", diría que hay una coma delante de "muchacha" porque es el vocativo, aunque de esto no estoy 100% segura. (lo mismo en "- ¿Acaso importa eso, señor comisario?")
Por último, mencionar que un interrogatorio policial me parece muy buena idea para hacer este objetivo, enhorabuena por haber elegido este escenario y además, muy interesante que lo hayas relacionado de esta forma "repentina" al final, con el cuento de Caperucita Roja.
¡Ánimo con los siguientes meses!